martes, 21 de julio de 2009

Al conocer las intenciones de los magos, tiembla él y toda Jerusalén. ¿Por qué iba a temblar la ciudad entera ante el anuncio de que ha nacido el mesías esperado? El evangelista quiere resaltar cómo el nacimiento de Jesús provoca una sacudida en todo el pueblo, representado no solo por sus líderes (Herodes), sino también por la gente sencilla (Jerusalén). La llegada del mesías debe cambiar la situación política, religiosa y social del país. No hay motivos para temer. ¿Por qué temen, pues, Herodes y Jerusalén? Mateo contempla la reacción a la luz de lo que ocurrió después. y sabe que el judaísmo rechazó a Jesús, el enviado divino. Por lo mismo, su llegada, que debía suscitar alegría, fue motivo de tristeza. ¿Culpable Jesús? ¡En absoluto! Sólo el judaísmo tiene la culpa. Y Herodes, su líder político e incluso religioso se convierte en símbolo de la actitus adoptada después por todo el pueblo.
Por eso ordena la matanza de los inocentes. Tal masacre sólo se explica si existe un motivo auténtico. Y, en realidad Herodes temía a cuantos reivindicaran pretensiones regias. ¿Podía acaso el recién nacido usurparle el poder? Herodes adopta medidas drásticas.
Conviene, sin embargo, advertir que todo el relato mateano debe ser interpretado con criterios fundamentalmente teológicos. En él se ve claro cómo el paganismo (=magos) recibe una luz (=estrella) que le conduce al encuentro de Jesús. Sin embargo, la luz no tiene fuerza para llevarle directemente a Jesús. Debe antes dirigirse al judaísmo representado por sus líderes (=Herodes) y por el pueblo (=Jerusalén). El judaísmo tiene la exclusiva en el proceso soteriológico. Nadie puede llegar al mesías sin pasar antes por el crisol del judaísmo. Sólo cuando éste rechaza sus privilegios, quedan abiertas las puertas para que el paganismo (=magos) reciba la luz (=estrella) que le conduzca al encuentro de Jesús (=Belén).
Se ve, pues cómo este sencillo relato quiere sintetizar las diversas reacciones adoptadas ante la llegada de Jesús. El pueblo judío en vez de alegrarse, tiembla. Herodes se aíra y quiere eliminarle. Sólo el paganismo-convertido después en Iglesia-tiene opción, gracias a la luz que Dios le envía, para llegar al encuentro directo con el recién nacido, cuya misión es liberar al hombre de la esclavitud del pecado.

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