martes, 31 de marzo de 2009

BIOGRAFIA

estaba
Me llamo Carlos García de Paredes.Nací en Cádiz,el año l934.Estudié en Sevilla arquitecto técnico-aparejador.Pertenezco a la primera promoción salida de dicha escuela,año l964.Ejercí la profesión, siempre como liberal, en las islas de Ibiza y Formentera a lo largo de treinta años.
Estuve casado y tengo dos hijos,cinco nietas y un nieto.
En la primavera del año l988 viajé a Roma para asistir a la beatificación del P. Francisco Palau y Quer,carmelita descalzo,habiéndose ya iniciado en mí,aproximadamente un año antes,una primera fase de conversión y seguimiento de Jesús de Nazaret.
Pero fue realmente en la Navidad de l988-89 cuando,durante una visita de 8-9 días que,hice a la tierra de Jesús,a Palestina ,ya tocado seriamente por la gracia de Dios,me decidí abandonarlo todo para hacer un seguimiento radical del camino evangèlico.
Tuve que esperar todavía seis años para que mis hijos terminaran sus estudios,realizar la venta de mi patrimonio familiar y,de acuerdo con mi esposa e hijos,hacer un reparto equitativo de los bienes gananciales y de todo el patrimonio familiar.
De tal forma que,libre ya de las obligaciblogspot.comones familiares,por supuesto con el pleno consentimiento de mi esposa,ratificado ante juez eclesiástico,así como ,también,de las obligadones profesionales y sociales,poder comenzar un período de discernimiento que me permitiera acertar con el camino a elegir para hacer el seguimiento de Jesús de Nazaret.
Invitado por el carmelita descalzo que fue nuestro director durante la peregrinación a Roma,con motivo de la beatificación del P. Francisco Palau y Quer,efectuada en la Plaza de San Pedro ,el 24 de abril de l988,Domingo IV de Pascua de aquel año,me
dirigí al Monasterio "Desierto de las Palmas",situado en Benicasim (Castellón de la Plana),abandonando para el resto de mi vida,las maravillosas Islas Pitiusas,Ibiza y Formentera,que habían sido mi hogar a lo largo de treinta años.Era el cuatro de noviembre de l995,festividad,precisamente ,de mi santo patrono San Carlos Borromeo.
Permanezco en el Desierto de las Palmas a lo largo de veinte meses,ocupándome de la portería del Monasterio y viviendo la primera mitad de ese tiempo,en el mismo monasterio con la comunidad de carmelitas y,la segunda mitad,en la Ermita de Nuestra Señora de Monserrat,situada en pleno monte,llamado Bartolo,aproximadamente a dos kilómetros del monasterio.Esta experiencia me permitió conocer la espiritualidad de la reforma carmelitana,llevada a cabo por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz,los mayores místicos de la Iglesia española.
El l4 de septiembre de l997 festividad de la Exaltación de la Santa Cruz,ya me encuentro en el monasterio de Santa María de Huerta,provincia de Soria,con los trapenses de la reforma del Císter,donde dos años antes había hecho una prueba de un mes,siendo positiva para ambas partes.El 24 de diciembre del mismo año abandoné la prueba por razones de mi edad.No obstante,debo reconocer que fue la experiencia monacal más satisfactoria desde el punto de vista espiritual que he vivido en mi vida.La que más plenamente me ha llenado el alma.
Paso las navidades de l997-98 en Madrid con mi familia,pero cada vez me siento más decidido a seguir a Jesús en la vida eremítica,como anacoreta o ermitaño,es decir,por libre.
Alargo mi estancia en Madrid hasta finales de enero de l998 y el l de febrero me traslado en mi propio Renault 5 a la provincia de Cádiz,mi tierra natal,dispuesto a iniciar mi vida eremítica.
Mi buen amigo y compañero de profesión Carmelo Maura Aguilar(q.e.p.d.) me invita a estar en su casa de la Barrosa(Chiclana) hasta que encuentre lugar apropiado para establecerme definitivamente.Llegué a estar dos meses en casa de Carmelo.Al fin encontré en Chipiona una humilde casita en el pinar de Peritanda,a escaso un kilómetro de la ermita del pinar de Ntra. Sra. de Regla,donde todos los años,con motivo de la fiesta de la Virgen del Rocío se celebraba la romería de la Virgen.Una imagen de la Virgen de Regla se trasladaba en procesión desde el Santuario de Ntra. Sra de Regla hasta la ermita.Llegada la procesión a ésta se le decía una misa rociera y comenzaban los tres días de fiesta que duraba el evento.
Me levantaba temprano y todos los días me iba a la misa mañanera del Santuario de Regla.Mi tiempo transcurría,como siempre,entre oración,meditación,rezo de las horas litúrgicas,lectura espiritual y trabajos manuales.La casita tenía en su parte delantera,de cara al pinar,un pequeño espacio de terreno,alrededor de treinta metros cuadrados,que yo dediqué a jardín,pues siempre he sentido verdadera afición por la jardinería.A ella dedicaba una parte de mi tiempo libre;pero,siempre sentí gran afición por los trabajos manuales,y de un modo especial por la carpintería,pues a ella dedicaba la gran parte de mi tiempo libre.
En Chipiona permanecí durante un año y medio,concretamente hasta finales de agosto de l998.Durante el curso l997-98 estuve asistiendo todos los lunes por la tarde,en el antiguo seminario de Cádiz,junto a la Iglesia de Santiago,a un curso de teología que duraba dos horas y que nos impartía el docto y piadoso sacerdote D. Juan Martín Baro,a la sazón,párroco de la parroquia de Santo Tomás de Aquino de Cádiz.Me quedaba a dormir en Cádiz y a la mañana siguiente me iba a recibir un curso de manualidades,en un centro social del Ayuntamiento situado en el barrio de la Viña.
Mi afición por las manualidades y sobre todo por la carpintería,y de cara a mi ya próxima jubilación,pues estaba ya muy próximo a cumplir los 65 años,pensé en aprender seriamente algún oficio,que relacionado con estas aficiones,me permitiera llenar mis horas libres de una manera digna y que me produjera felicidad.
Llegado el mes de junio de l998 y terminados los dos cursos que estaba realizando,de teología y de manualidades,me planteé seriamente la necesidad, para el curso siguiente, de realizar algo con un mayor contenido.Con el curso realizado de manualidades, nació en mí la afición por la pintura y, entonces surgió en mí la idea de especializarme en pintura de iconos,lo cual requería el conocimiento de una técnica especial,a saber,la pintura al temple de huevo,por lo que comencé a pensar en trasladarme a Madrid el siguiente curso de l998-99,para realizar dicho proyecto.
La ocasión se me presentó al ofrecerme un familiar un trabajo de media jornada en la histórica y monumental ciudad de Aranjuez,lo cual,me permitiría disponer del resto de la jornada para realizar mi proyecto.Y así fue.A finales de agosto de l998 di por terminada mi estancia en Chipiona y me trasladé en mi Renault 5 a Aranjuez,para comenzar el lº de septiembre mi trabajo y nueva etapa de mi vida.Mi estancia en Aranjuez fue relativamente corta,pues,duró exactamente hasta el 3l de enero de l999 ,que me trasladé definitivamente a Madrid capital.Mi trabajo durante estos meses, consistió en ser el encargado general de un negocio dedicado a ocio de niños,comprendidos entre cuatro y doce años,aproximadamente,así como del servicio de la cafetería del mismo negocio.Fue una experiencia más en mi vida.Terminada mi corta estancia en Aranjuez,me trasladé a Madrid donde permanecería,en casa de un hermano hasta el 20 de diciembre del mismo año l999.
A lo largo de estos once meses desarrollé una actividad ciertamente agotadora.Me propuse dedicar todo el año al aprendizaje de unos oficios que me permitieran,por un lado,satisfacer mis apetencias artísticas,y por otro lado mis deseos de ayuda a personas minusválidas,sin ánimo de lucro.Durante todo el mes de febrero de l999 me lo pasé investigando y viendo qué cursos podría hacer,dónde y cuándo.
Conseguí encontrar una señora profesora de pintura de la técnica al temple de huevo,que es la técnica utilizada para la pintura de iconos,y me ajusté con ella en dar una clase semanal de dos horas,los días de sábado,cosa que pude realizar prácticamente durante un año,lo cual me permitió aprender y dominar dicha técnica,que luego apliqué no sólo a la pintura de iconos,sino también a otros trabajos manuales en madera de diferentes estilos,acabándolos con pintura al temple de huevo.Mi casa la tengo decorada con estos trabajos.
Para el resto de la semana me busqué dos cursos de diferente índole.Por la mañana,y,a lo largo de cinco meses más o menos,estuve asistiendo a un curso para cuidar enfermos de alzehimer,que m

e daban en una parroquia,no recuerdo de qué barrio de Madrid,pero que me quedaba muy lejos de donde yo vivía,de tal forma que yo tenía que coger el metro a las ocho de la mañana, para estar a las nueve en el lugar donde nos impartían las clases,pues,el metro debía de recorrer cerca de una veintena de estaciones para llegar al lugar de destino.Terminado el curso tuve que hacer unas prácticas de dos semanas en una clínica geriátrica de Madrid,que,ciertamente fueron muy duras,terminadas las cuales me dieron luego mi diploma,que me permitiría legalmente realizar dicho trabajo.
Como este curso terminaba a las dos de la tarde,tenía el tiempo justo para volver en metro a casa,comer, y salir corriendo con mi coche
hacia el pueblo de San Sebastián de los Reyes,en la misma provincia de Madrid,
donde debía estar a las cuatro de la tarde para comenzar otro curso sobre "Acabados de madera" que, debería durar nueve meses,para terminar justamente con las navidades del año 1999.Fué un curso sumamente interesante,pues,estaba enfocado hacia la restauración del mueble antiguo,con lo cual no sólo era interesante y bonito,sino que además de mucha aplicación.
Terminado este curso,realicé un viaje a la República Dominicana para contactar
con una parroquia
,situada en el interior de la isla,y con la intención de realizar una prueba que me permitiera,en caso de ser positiva,trasladarme allá,para trabajar como colaborador.Pero resu ltó negativa.Este viaje lo realicé,creo recordar hacia el l5 de diciembre de l999.No me desanimé,pues,un mes después,volvía otra vez,en esta ocasión,a la ciudad de San Pedro de Macorí,en la costa,no muy lejos de Santo Domingo.Se trataba de una misión salesiana,regentada por un sacerdote valenciano,ya mayor,casi a punto de jubilarse,pues,además estaba delicado de salud.La verdad es que me encantó.La parroquia-misión tenía hasta su propia farmacia,para atender las necesidades de sus propios enfermos y las madres lactantes.Tenía su propia escuela con ,creo recordar,unos cuatrocientos alumnos,a los que se les enseñaban diferentes oficios.Hubiera sido ideal para mí,pues,me hubiera permitido poner en práctica todos los conocimientos que aprendí en mi curso de "Acabados sobre madera" que acababa de terminar.Pero aquel proyecto se esfumó al fallarme la parte económica que lo iba a sostener y hacer posible.En realidad,esta circunstancia,me hizo afianzarme más y más en que ese camino que yo iba a emprender no era voluntad de Dios.Y,efectivamente,poco tiempo después comprendí que,ciertamente, esa era la voluntad de Dios.
Entonces,decidí tomarme unos meses de descanso para,en la paz del corazón,
rogar a Dios me indicase el camino que debía emprender.Y así fue,me trasladé a Palma de Mallorca.Cerca,en la zona de Illetas,perteneciente al municipio de Calviá,tenía mi hijo Carlos un hermoso apartamento,en una zona bellísima,muy cerquita de tres calas,donde naturalmente iría a bañarme.Muy cerca también tenía una pequeña iglesia,realmente una ermita,no recuerdo el nombre,como a veinte metros de la costa en acantilado,con una vista maravillosa al mar,a la playa bajo el acantilado y un poco más alejado al puerto deportivo de
Ciertamente todo aquel tramo de costa era el lugar adecuado donde el Creador del universo había de conducirme para hacerme comprender que el resto de mi vida,ya jubilado,es decir cumplidos mis sesenta y cinco años,debía dedicarlos a la vida contemplativa exclusivamente,para darle gracias a Dios por haberme creado,por haberme dado la fe cristiana,por haberme dado la experiencia vital tan rica y variada,y sobre todo,por haberme dado,desde mi más tierna juventud ,una experiencia mística,que me marcó para el resto de mi vida humana.
La zona donde pasaría estos siete meses de mi vida era una de las zonas más bonitas y, sobre todo, ricas de la Isla de Mallorca.Se llamaba Bendinat.Tenía a escasos quince o veinte minutos andando,las tres calas de Illetas,a cual más bonita,para ir a bañarme.A veinte o veinticinco minutos andandando tenía el pueblo de Portals,cuya iglesia,una pequeña ermita,situada ,como ya he dicho anteriormente,en la costa,en zona de acantilado,y a la que todos los días visitaría,para participar en la santa Misa.Tenía,además,un buen supermercado y varios restaurantes y cafeterías,donde pasar buenos ratos, leyendo la prensa del día o un buen libro,o simplemente relajándote mirando a los turistas.Casi todos los días visitaba una buena ferretería para comprar algún material que necesitaba para mis trabajos manuales,pues,me había montado un buen taller en un amplio trastero que tenía en el garage.Allí experimentaba las enseñanzas que me habían enseñado en el curso realizado en San Sebastián de los Reyes(Madrid) el año anterior.
En los siete meses que estuve en casa de mi hijo,es decir,desde enero a julio de 2OOO mi tiempo transcurrió entre horas de oración,de trabajo manual,y de relajación.Pero yo sabía que ese modus vivendi no era el definitivo para mí,no estaba conforme con esa manera de vivir.Mi hermano Pedro,que tenía un apartamento en la playa Victoria de Cádiz,me invitó a pasar el mes de julio con él y con su esposa María Luisa,ya que el mes de agosto lo tenía alquilado a veraneantes.Por ello,a primeros de julio del año 2OOO me trasladé en mi seita hasta Cádiz,convencido de que ya,en la tierra que me vió nacer,pasaría definitivamente los últimos días de mi vida.
Me instalé con mi hermano Pedro,en su apartamento,sito en el edificio Brisas del Mar,en la Avenida Carranza,frente al Estadio,y permanecí con él y su esposa María Luisa durante todo el mes de julio de aquél año.Contacté de inmediato con mi buen amigo Carmelo,compañero de promoción de la Escuela de Aparejadores y Arquitectos Técnicos,a la sazón Aparejador municipal de Chiclana de la Frontera,el cual me puso en conocimiento de la vacante que se iba aproducir en la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia,respecto a su santero.Esta circunstancia despertó mi interés,lo cual me llevó a trasladarme a dicha ermita para conocer su situación y sus características externas e internas.Esta visita la realicé en la primera quincena del mes de julio del año 2OOO.
Como quiera que el resultado de la visita fuera positivo ,me puse en contacto con el responsable de la ermita,a la sazón párroco de Santa María la Mayor Coronada y de la parroquia de Santiago,de la ciudad de Medina Sidonia,de cuya jurisdicción dependía la ermita de los Santos Mártires.Le expliqué al párroco cuales eran mis intenciones y me contestó que las expondría a sus superiores para que tomaran una decisión.Al cabo de unos días me contestó positivamente,pero que mi incorporación a la ermita no sería de inmediato,puesto que el santero que la ocupaba,todavía no había dejado libre las dependencias que ocupaba su familia y en consecuencia de bía de esperar algún tiempo,aproximadamente un par de meses,para incorporarme a la ermita.Esta circunstancia me obligó a buscarme una casa en las cercanías de la ermita y en un lugar tranquilo.Se daban dos circunstancias que incidían en el precio de las viviendas en aquella época,una era que estábamos a las puertas del mes de agosto y la otra que estaba en plena ejecución las obras de la autovía Jerez-Los Barrios,en su tramo de Medina Sidonia,por cuyo motivo se habían disparado al alza los precios de alquiler de las viviendas en dicha ciudad,razones por la cual, me tuve que trasladar a la pedanía de San José de Malcocinado,donde encontré una vivienda,humilde,pero acogedora,y donde permanecí los meses de agosto,septiembre y la primera quincena de octubre de aquel año de 2OOO,hasta poder tomar posesión de la vivienda del santero de la ermita,circunstancia que tuvo lugar el día l5 de octubre de aquel año,festividad de Santa Teresa de Ávila.
A partir de esta fecha,puedo decir con toda seguridad,comenzó una etapa sumamente importante de mi vida,quizás la más importante.Llegó la hora de poner en práctica el proyecto de vida eremítica que desde hacía cinco años venía madurando en mi mente y corazón,y no precisamente por iniciativa mía,sino por la llamada que desde hacía muchos años venía sintiendo en lo más profundo de mi alma.A los pocos meses de vivir en la Ermita de los Santos Mártires comprendí que aquel lugar tenía una energía espiritual extraordinaria que debía aprovechar en mi propio interés y en interés de los demás.Comencé entonces por ir recopilando toda clase de información acerca del pasado de la ermita,desde el pasado más remoto hasta nuestros días.Y cuantos más conocimientos iba acumulando,más crecía mi interés por el tema.Hasta el punto que empecé a incubar en mí el propósito de escribir un libro sobre la ermita.
Paralelamente iba madurando en mí el deseo de entregarme a Dios bajo el carisma de vida eremítica o anacorética,es decir,cimentada en una vida de soledad y silencio,oración contemplativa,austeridad de vida en espíritu de penitencia,pobreza,castidad y obediencia.
Pasados ya los tres primeros meses en la Ermita de los Santos, es decir,ya en enero del año 2001, me decidí a contactar con el Sr. Obispo de la Diócesis de Cádiz- Ceuta para que me informara acerca de lo necesario para ser consagrado ermitaño de la Iglesia Católica,dándome la respuesta de que me probaría a lo largo de tres años,dos de postulante y uno de novicio,lo cual me pareció aceptable,puesto que ya años antes había tenido una experiencia algo similar,y más o menos esperaba la respuesta. Así que me dispuse a iniciar ese período formativo que debería terminar al cabo de los tres años con mi consagración canónica,consistente en la emisión de los tres votos de pobreza,castidad y obediencia,ante la persona del obispo,representante de la Iglesia Católica.
Mientras tanto,y,puesto que, a medida que avanzaba el tiempo,iba creciendo el interés por conocer la verdadera historia de la ermita,especialmente sus orígenes,me inicié en realizar una profunda investigación sobre dichos orígenes.Esto me obligó a seguirle la pista a un libro escrito por un fraile agustino,llamado Fray Pedro del Campo,publicado por una imprenta catalana en el siglo XVII y que trataba de la vida de San Agustín y fundación de la Orden de los ermitaños de San Agustín,donde se narraba las fundaciones realizadas en la Hispania romana por un tal Paulino de Nola,allá por el siglo IV de nuestra era,y que fue amigo y discípulo de San Agustín,atribuyéndosele al nolano la fundación de dicha ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia y de otras varias en la provincia de Cádiz.
Como quiera que mi relación con la Ermita de los Santos Mártires y el personaje Paulino de Nola fue de capital importancia en los años comprendidos entre 2000 y 2007,aquel,por ser el año de mi incorporación a la Ermita de los Santos y éste por ser el año de mi presentación en el Ayuntamiento de Medina Sidona,del libro que finalmente escribí sobre la Ermita y Paulino de Nola,dejo todo lo relacionado con el libro para una nueva etiqueta que abriré con el título de "Libro:Ermita de los Santos
Mártires,de Medina Sidonia",editado por la Diputación Provincial de Cádiz F.P.C. Servicio de Publicaciones y el Excmo. Ayuntamiento de Medina Sidonia,en donde me extenderé sobre el contenido del libro y las vicisitudes para llegar a su alumbramiento.Por el momento,me limito una vez más,a dar las gracias a ambas instituciones de la Provincia, por la ayuda que me prestaron para la publicación del libro y a ella remito a todos los interesados por el tema.
La escritura y publicación de este libro constituyó un hito en mi vida,que,si bien es cierto,me obligó a trabajar duro durante cuatro o cinco años,especialmente los dedicados a la investigación,sin embargo,mereció la pena haber ofrecido al público en general,y muy especialmente al pueblo de Medina Sidonia,estos documentos gráficos y escritos sobre un lugar histórico,artístico y religioso tan emblemático como lo es éste de la Ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia.

1 comentario:

  1. Cuenta tu experiencia en la Ermita de los Santos Mártires (Medina-Sidonia), puede que los lectores la vean muy interesante.

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